martes, 8 de octubre de 2013

TrailGredos 2013

Dead man running (Foto: Ángel Parrón)
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Debía estar escrito en algún sitio que al TrailGredos 2013 llegara yo por los pelos. Finalizada la Madrid-Segovia, apenas día y medio después y todavía con el subidón de adrenalina decido inscribirme en esta carrera. Al ir a hacerlo la página web me da problemas y tengo que recurrir al teléfono de contacto que aparece en el blog de la prueba. Me atiende Beatriz quien me indica que están a punto de cerrar las inscripciones, tomándome amablemente los datos personales y facilitándome el número de cuenta para que realice la transferencia. ¡Hecho! Hala, ya estoy inscrito. Salvado el primer “por lo pelos”.

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El domingo me levanto cuando en el foro aún no han puesto las calles. Tengo unos 190 kilómetros por delante y quiero salir con tiempo de sobra para ir tranquilo. Si, si tranquilo..¡y una leche! Al atravesar Madrid camino de la A6 me encuentro con un accidente de tres pares de narices. Se acaba de producir, así es que el desconcierto es considerable y el tráfico está cortado. Aunque a esas horas no hay muchos coches, quedo encerrado en un pequeño atasco sin posibilidad de salida. Para cuando la policía pone orden y salgo de allí, ya he perdido un tiempo precioso que me ha dejado sin apenas margen para llegar con tiempo suficiente a El Barco de Ávila. Como no hay mal que por bien no venga, el imprevisto me sirve para ejercitar la mente pues me paso todo el viaje haciendo cálculos que combinan las variables tiempo y kilómetros restantes y velocidad media. El resultado que obtengo por más que repito el cálculo a medida que las variables van cambiando es siempre el mismo: voy a llegar con la hora pegada al culo. Y oye, se nota que era bueno en mates porque lo clavo. A falta de diez minutos para la hora prevista de salida (las 9:00 AM) estoy aparcando el coche en la localidad abulense. Salgo corriendo, recojo el dorsal y la bolsa del corredor, me cambio de ropa, tomo la mochila y vuelvo corriendo hacia la plaza de la localidad, lugar donde se ubica la salida. No me hace falta más calentamiento. A los treinta segundos de colocarme junto con el resto de los participantes, un trompetazo de un miembro de la banda de música que allí estaba tocando marca el inicio de la prueba. Salvado el segundo “por los pelos”.

En la parte final del ascenso a Cabeza Pelada (Foto: Arganz) 
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Salgo de los últimos y, como con las prisas no había podido vaciar la vejiga, miccionándome como un señor de edad provecta. Por educación pienso en aguantar hasta que la carrera abandone el casco urbano, pero para mi desesperación parece que esto no va a suceder en el corto plazo. Recorremos varias calles, subimos hasta la zona del castillo de Valdecorneja, damos una vuelta alrededor de él… Llego a mi límite. O me paro o me orino encima. Aprovechando una zona verde me echo a un lado y me pongo a mear y me echo a reír y me pongo a pensar donde irá, donde irá, donde irá (Toreros Muertos cantixit). El caso es que calculo que tardo más de minuto y medio en cambiar el agua al canario, de manera que cuando me reintegro a la carrera no veo al pelotón. Con la ayuda de los voluntarios y de una señora asomada a su ventana, consigo seguir con el callejeo hasta que por fin alcanzo la carretera por la que se abandona la localidad. Desde allí veo como los que ocupan las últimas posiciones están girando a la izquierda para tomar un camino de tierra. ¡Bueno, todo controlado! Decido relajarme y empezar a disfrutar del trail.
 
En este primer tramo el camino es prácticamente llano y muy cómodo. La única dificultad es atravesar una pequeña zona parcialmente inundada sin mojarse lo piececillos. Es como un apéndice del pueblo, con fincas ocupadas por naves y/o animales a ambos lados del trazado. Pasados unos hectómetros, el camino se abandona y se cruzan “campo a través” unas parcelas en las que las hierbas llegan por las rodillas. Al no haber un sendero marcado y no verse el suelo, conviene ir con precaución para que cualquier irregularidad del terreno no juegue una mala pasada. A estas alturas ya he tomado contacto con la cola de la carrera y comienzo a adelantar posiciones.
 
Acto seguido se toma una pista forestal y comienza un ascenso que, salvo con algún pequeño respiro, se mantendrá con mayor o menor dureza hasta coronar el pico de Cabeza Pelada. Son aproximadamente 7.700 metros en los que se supera un desnivel de algo más de 900 metros. Teniendo en cuenta que todavía arrastro un poco de cansancio de la Madrid-Segovia y que hay que reservar fuerzas porque es una carrera larga, desde el principio decido corriandar en función de la dureza del terreno. También tengo muy claro que hay que reponer líquidos de forma constante. Aunque parece que finalmente aguantará y no lloverá, el cielo está encapotado y la humedad es muy alta por lo que desde el principio comienzo a sudar como un cochino jabalí.
 
El grupo se estira tras los primeros kilómetros de subida (Foto: Arganz)
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Para que no nos aburramos, la subida es no solo larga sino también variada. Justo en el primer avituallamiento (solo agua, allá por el p.k. 3,000), se abandona la primera pista, más llevadera, y se toma otra más exigente que transita entre vegetación de monte bajo y árboles (encinas, creo recordar). Su pendiente es mayor y en algunos momentos es necesario doblarse hacia adelante para superarla entre resoplos. Con las lluvias de las jornadas previas su superficie está un poco blanda pero no embarrada, y hay que tener cuidado con las piedras sueltas y con alguna raíz que asoma al exterior. Al final de este tramo se sale a una zona más abierta en el que apenas hay árboles y en la que se ubica el primer avituallamiento de sólidos y líquidos (aprox. p.k. 6,500). Aunque se sigue subiendo, nos encontramos con pequeños “descansillos” llanos e incluso alguno en ligero descenso.
 
A falta de unos setecientos metros para coronar, se toma lo que creo que es un cortafuegos que sube en línea recta junto a un pinar hasta el pico de Cabeza Pelada, punto más elevado del recorrido con 1.724 m (siempre según la aplicación de Endomondo). El desnivel es aquí muy alto, tanto que en los apoyos las zapatillas no agarran bien y no es raro perder pie y resbalar. Sin lugar a dudas es el parte más dura de todo el trail. Llego a lo alto del pico en 1:07:57 habiendo recorrido 8,880 kilómetros. Ni tan mal.

El perfil obtenido con Endomondo
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Desde allí comienza un tramo de descenso de aproximadamente unos 2.800 metros de longitud que ha de conducirnos hasta Cardedal. En su parte inicial la bajada es muy disfrutona pues la pendiente no es exagerada y se hace campo a través esquivando matorrales, piedras, agujeros e incluso saltando alguna valla de piedra en plan Orzowei. Tras un pequeño segmento por pista forestal, se afrontan casi de forma seguida dos bajadas a través de sendos cortafuegos que a la postre resultan ser lo más técnico de este TrailGredos 2013. Bien señalizadas por la organización (cartelitos allí clavados ad hoc), presentan un desnivel que quita el hipo y una superficie no muy peligrosa más allá de tener que prestar precaución a piedras sueltas, a no resbalarte o, debido a lo blando del terreno, a que no se te quede el pie clavado y te jorobes la rodilla.
 
Huelga decir que con mi contrastada habilidad en estas lides, llevo el culo a escasamente un palmo del suelo y bajo con más miedo que vergüenza. Algunos participantes que vienen por detrás me adelantan y enseguida me sacan una distancia considerable. Hasta un par de ancianas reumáticas que llegan tarde a misa me superan por la izquierda mientras mascullan no se qué de “domingueros” y de “ir pisando huevos”.
 
Superadas con poco brillo pero sin contratiempos las dos zonas de cortafuegos, el descenso continúa ahora mucho más suave por una pista forestal amplia que atraviesa un paraje muy bonito. Llegamos así a Cardedal, pequeña población de nueve habitantes situada en el p.k. 11,600 de carrera y donde se encuentra un nuevo avituallamiento. Isotónico, agua, frutos secos, barritas, trozos de chocolate… No tengo prisa, así es que repongo bien líquidos y como alguna cosa tranquilamente. Como mencionaba anteriormente, la humedad es muy alta y soy consciente de que estoy sudando más de la cuenta. De hecho entre los dos avituallamientos y a pesar de haber bebido en abundancia, he echado mano una vez de la botella con sales que llevo en la mochila.
 
¡Ande estará el siguiente! (Foto: Arganz)
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A la salida de Cardedal el terreno comienza de nuevo a ponerse cuesta arriba. La primera subida no debe llegar a un kilómetro de longitud y es un poco puñetera. Tiene una pendiente que te invita a correr pero si no sabes controlarte te puede reventar. Yo, como estoy en plan reservón, la hago andando a marcha rápida y constante. Los dos corredores que me preceden alternan el correr con el andar, sacándome muy poca distancia cuando hacen lo primero y perdiendo muchos metros cuando hacen lo segundo. Mi táctica ha debido ser buena porque adelanto a los dos antes de finalizar la cuesta.
 
La siguiente fase es una auténtico rompepiernas, un terreno pestoso que alterna cuestas abajo (cortas) con cuestas arriba (bastante más largas) pero siempre ganando altura. Se hace por una pista amplia que atraviesa pinares y desde donde se tienen unas muy buenas vistas de la sierra de Gredos. El último tramo de ascenso de este segmento de carrera finaliza de nuevo en la cima del pico de Cabeza Pelada, pero llegando por el lado opuesto al que lo habíamos hecho anteriormente. Estamos en el p.k. 14,700. Desde la cima y hasta el siguiente avituallamiento (el mismo que habíamos tenido en la primera subida) vamos a desandar, o mejor dicho descorrer, el mismo trazado que antes habíamos subido pero ahora en sentido contrario. Salvo los primeros hectómetros, se trata de un descenso fácil y rápido, así es que pronto nos plantamos en el avituallamiento (p.k. 16.300).
 
En este punto da comienzo una especie de añadido en forma de "idayvuelta que después de unos 3.600 metros nos devolverá al punto de partida. ¡Con lo duro que esto se hace mentalmente! Primero se baja de manera continuada y pronunciada durante cerca de 2.000 metros por una pista amplia que en general presenta una buena superficie, aunque traza alguna curva cerrada en la que conviene tener precaución. Llegados a este punto queridos lectores, dejadme que os lance un par de preguntas para ver si estáis atentos. La primera es fácil. Si este “idayvuelta” mide en total 3.600 metros y la bajada son 2.000 metros ¿Cuánto mide la subida? ¡Tic, tac, tic, tac…! ¡Correcto, 1.600 metros, 400 menos que la bajada! La segunda cuestión es un pelín más complicada. Teniendo en cuenta que hay que volver al punto de origen, que la bajada tiene una pendiente acentuada y que es más larga que la subida ¿será el desnivel del ascenso mayor o menor que el del descenso? ¡Tic, tac, tic, tac….! ¡Correcto otra vez! Efectivamente, el desnivel de la subida es aun mayor que el de la bajada.
 
Cruzando la Puerta del Ahorcado camino de la meta (Foto: Julio de la Fuente) 
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Con las respuestas obtenidas es fácil deducir que el ascenso que nos debe devolver al avituallamiento es bastante exigente. Más si os digo que se hace en su comienzoen la modalidad "fuera pista" entre árboles y arbustos y, más adelante, por un sendero desdibujado entre rocas y monte bajo. Viendo el panorama tomo la botella (0,5 litros) con sales de mi mochila y voy dando cuenta de ella durante la subida. Tras la subida a Cabeza Pelada, este tramo es desde mi punto de vista el segundo más duro de todo el trail.
 
Me encuentro por tercera vez en el mismo puesto de avituallamiento. Los voluntarios que lo atienden son ya como de la familia. Me tomo mi tiempo y como un puñado de frutos secos y pasas que mojo con un vaso de isotónico rebajado con agua. Llevo 19.900 metros en las patas y he empleado un tiempo de 2:27:58. Empiezo a tener ganas de llegar a meta y me animo pensando que quedan menos de seis kilómetros y casi todos cuesta abajo, descorriendo el trayecto que habíamos hecho al inicio.
 
Pero no podía ser tan fácil. El descenso es cómodo y he encontrado un ritmo llevadero. Alcanzo a un grupo de tres corredores que me precedían y en el que oigo a uno de ellos decir “No hay huellas en el suelo y no veo señalización desde hace tiempo”. No hago mucho caso pues delante de mí no van menos de diez corredores y no veo en ellos ninguna señal de alarma. De repente, a unos ciento y pico metros más allá de donde estamos aparecen en sentido contrario dos participantes andando. Les oigo gritar que paremos, que el camino en el que nos encontramos se cierra más adelante. ¡No me jodas! ¡Que razón tenía el corredor que había sobrepasado no hacía mucho! (así se lo reconozco cuando vuelvo a llegar a su altura, ahora deshaciendo el camino hecho erroneamente). ¡Encima ahora toca subir para volver al punto donde habíamos equivocado el recorrido! Lo identificamos a lo lejos porque algunos de los participantes toman un camino a la derecha. Sin embargo otros cometen nuestro mismo error y se dirigen hacia nosotros. Desde mi punto de vista la señalización en este desvío es claramente insuficiente. Si hay que abandonar una pista para entrar en otra, lo normal es poner una cinta en el suelo cruzándo la primera de lado a lado como se había hecho en otros puntos del recorrido. La “excursión” me cuesta aproximadamente unos 1.600 metros de propina.
 
Descenso por uno de los cortafuegos (Foto: Arganz)
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Reintegrados al trazado correcto, volvemos a transitar por la zona de encinas que mencioné casi al principio de la crónica. Como bien dije, era necesario tener precaución con las raíces que sobresalían del suelo y más ahora en el que la velocidad que llevamos es alta. Precisamente el participante que llevo a mi lado pega un tropezón con una de ellas y salvamos (él y yo de rebote) la caída de milagro. Pasado el último avituallamiento, queda cruzar de vuelta las parcelas de hierbas altas y el camino que, pasada la carretera, nos devuelve al casco urbano de El Barco de Ávila. No sé si han alargado la distancia desde que hace un par de horas y pico pasamos por allí pero este último tramo se me hace interminable. 
 
Entramos a El Barco atravesando la muralla por la Puerta del Ahorcado, recorremos un par de calles y enfilamos hacia la plaza. Cruzo la meta en 3h 11min 14seg y ocupo la posición 58 de los 117 llegados a meta. Según mi primo Endo, he recorrido 28,02 km (por los 25,43 km anunciados), con un desnivel positivo de 1.826 m y un acumulado de 3.472 m.  
 
El avituallamiento final es de órdago a la grande: patatas revolconas, bollitos preñaos, caldo, refrescos, isotónicos, fruta, etc … Una verdadera gozada que sin duda ayuda al organismo a recuperarse del esfuerzo realizado. De vuelta al coche y ya con más tiempo que al principio echo un vistazo al contenido de la surtidísima bolsa del corredor. En ella hay todas clase de productos propios de la comarca además de un libro muy interesante sobre rutas y caminos naturales de la región. Muy buena idea. Se agracede.
 
Recorrido de la prueba
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En resumiendo que es gerundio. Aunque discurría por montaña, el TrailGredos 2013 apenas presentó alguna pequeña dificultad técnica. Sin embargo no hay que tomárselo a cuchufleta pues conviene recordar que se trataba de una distancia considerable (más si te equivocas de trazado y te haces un extra) y que el desnivel acumulado no era moco de pavo. Para tratarse de una primera edición, la organización cumplió con creces, con el borrón bajo mi punto de vista de la insuficiente señalización en algunos puntos. Los avituallamientos fueron suficientes en número y generosos en cantidad y variedad de alimentos y bebidas ofrecidas. El de meta fue un verdadero festín.
 
En cuanto al recorrido, por pedir, yo preferiría que en próximas ediciones no se repitiera un tramo tan largo de carrera: desde El Barco hasta el pico de Cabeza Pelada se va y se vuelve por el mismo trazado. Eso no desmerece en absoluto a la belleza del entorno por el que discurre la prueba. Por último agradecer a los organizadores su esfuerzo por poner en pie un nuevo trail del que disfrutar y animarles a que continúen con él en próximas ediciones.
 
¡Me se cuiden! Hasta la próxima
 
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Avituallamiento en Cardedal (Foto: Arganz)
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8 comentarios:

Alex dijo...

"todavía arrastro un poco de cansancio de la Madrid-Segovia" ¡Qué son 102! me siento pequeñito, felicidades

JK dijo...

¡Lo que te echen!,que envidia dais, que fuerza tenéis¡¡¡,sois de otra pasta, no hay duda..jeje.Has estado en una bonita población y debe de haber sido buena la prueba que hasta has regalado kilómetros,jeje.¡Enhorabuena! y a recuperarse, bueno esto es un decir, no te hace ni falta, jeje.Un abrazo

yonhey dijo...

Muy buena crónica Iván, me ha llamado la carrera, ya me quedé con ganas, espero futuras ediciones y poder correrla.
Salu2 y doble enhorabuena por la Magobia y esta.

Dragonkik55 dijo...

Que buena pinta esta carrera¡¡, y enhorabuena por ser doblemente finisher en apenas unas semanas, magnífico¡¡

Arganzboy dijo...

Hola Alex. La verdad es que me recuperé muy bien de la Magovia, al menos aparentemente... Pequeñito nunca ;-) Un saludo

Arganzboy dijo...

Hola JK. No te creas. Uno, además de carreras, también acumala años ;-) Este verano me he pegado una buena paliza y estas tres últimas semanas he enlazado la Magovia, el TrailGredos y la media de Ávila. Estoy cansadillo y tengo tocadas la espalda y las dos rodillas. Ya he empezado a bajar el ritmo.

Un abrazo.

Arganzboy dijo...

Buenas Yonhey. Muchas gracias. A disfrutar la Cuerda Larga y de Amsterdam ;-) Un saludo

Arganzboy dijo...

Hola Dragonkik55. Muchas gracias. La zona está muy bien y, a falta de pulir algunos aspectos de la primera edición, la carrera también.

Un saludo