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| Imagen cortesía de la organización |
El pasado domingo tuvo lugar una nueva edición del clásico Trofeo Mutante San Lorenzo. Si señores, he dicho mutante. He completado esta carrera en nueve ocasiones y, si no recuerdo mal, ninguna de las veces se ha repetido de forma exacta el recorrido (bueeeeno, vaaaale, quizás algún año si). Y que nadie tome este comentario como algo negativo. Nada de eso. Es simplemente una característica más que forma parte de la idiosincrasia de este evento atleticofestivoveraniego.
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El XXX Trofeo de San Lorenzo traía de serie el enésimo cambio de recorrido. Esta vez la tradicional bajada desde el Mercado de la Cebada hasta la Basílica de San Francisco el Grande y continuación por C/ Bailén hasta la C/ Mayor era sustituida por una incursión en el corazón del Madrid de los Austrias. No sé si sería la novedad, pero el tránsito por la C/ Tintoreros, Puerta Cerrada, C/ San Justo y C/ Sacramento me resulto más variado, cuco y divertido que la opción antigua. Quizás la única pega, por poner alguna, fue el tramo adoquinado de la C/ Sacramento.
Decía que el anterior era un cambio que venía de serie para diferenciarlo de otro que vino como extra. Y es que a dos días vista de celebrarse la competición se anunció una nueva mutación del trazado tan inesperada como "agradecible" (¡toma palabro me he inventado!). Se recuperaba para la causa el tramo Alcalá-Cibeles que había sido eliminado en la edición de 2011 y que tampoco estaba inicialmente previsto en la de 2012. ¡Albricias!
Las múltiples manifestaciones contra los recortes emprendidos por el gobierno de esta nuestra nación, también conocidos eufemísticamente como reformas, han acabado en disturbios frente al Congreso de los Diputados en no pocas ocasiones recientemente. Esto ha provocado que las autoridades competentes hayan ordenado una fuerte presencia policial en la zona y el corte de la C/ Carrera de San Jerónimo a la altura del edificio cuya entrada guardan los leones (ojo, me refiero a las esculturas de la puerta no a los señores agentes de las fuerzas y cuerpo de seguridad del estado).
El efecto colateral de toda esta movida fue que el itinerario de la carrera se desvío a la altura de la C/ Cedaceros hacia la C/ Alcalá y, tras pasar por Cibeles, se tomaba el Paseo del Prado para volver a enlazar con el recorrido original en la Plaza de Neptuno. ¿mi opinión sobre este cambio? ¡Que os voy a decir yo si el año pasado me “indigné” ante la supresión de este tramo ahora recuperado y lo recorrí por mi cuenta y riesgo saliéndome del trazado estipulado! Pues más feliz que una perdiz.
En resumen, que en cuanto a recorrido, el de este 2012 seguramente sea el mejor Trofeo San Lorenzo en el que he tomado parte. Aproximadamente 10.800 metros de puro disfrute por las céntricas vías de la capital del reino. Ojalá se mantuviera inalterable en ediciones venideras, pero teniendo en cuenta los antecedentes me temo que va a ser que no. En fin, confiemos en el buen saber hacer del santo y de los componentes de la Agrupación Deportiva Argumosa, sus representantes en la Tierra.
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Tanto cambio para que nada cambie
Paradojas de la vida. Como he dicho, la carrera cambia todos los años por unas razones o por otras. Más por unas que por otras Pero sin embargo continúa invariable edición tras edición.
El ambiente es fantástico tanto por la actitud y ánimo de los participantes como por la de todos aquellos que rodean la prueba (voluntarios, vecinos…). La labor de la organización es impagable y admirable. Aunque cada vez aparecen mayores obstáculos y dificultades, las superan siempre con nota consiguiendo mantener contra viento y marea un trofeo que está entre los favoritos de los corredores populares madrileños e incluso de algún residente allende las fronteras de nuestra comunidad autónoma.
No quiero olvidarme de las pruebas para los más jóvenes que se celebran durante la mañana acompañando a la carrera de los adultos. Ahora que The New Arganzboy participa en ellas, me he dado cuenta de la ilusión que generan en los niños y lo felices que son con una simple medalla.
Por todo lo que nos hacéis disfrutar, muchas gracias por vuestro esfuerzo.
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En cambio…
Después de un par de semanas de entrenamientos continuados, ya he vuelto a adquirir un estado de forma muy parecido al que mantengo durante casi todo el año. Por eso y porque la distancia era sensiblemente más corta, las expectativas eran mucho mejores que las previas al Medio Maratón de El Burgo de Osma. Allí se trataba de aguantar lo mejor posible y aquí de disfrutar. Y así lo hice. Acabé en un tiempo de 49:28 según la clasificación general (unos segundo menos por mi crono) y en el puesto 312 de los 930 llegados a meta.
Apéndice: Esta vez aguanté el ritmo de Bruce hasta el final. El muy mamón (calificado así desde el cariño), esprintó en la última recta y cruzó por delante de mí la línea de meta. Sin embargo como San Lorenzo es magnánimo y justo, en la clasificación soy yo quien aparece justo delante de él. ¡Ainnnnnnnns!
Nada más. Sed felices y no paséis mucho calor.
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