martes, 24 de marzo de 2009

De vuelta a la universidad

14/03/1999. Bruce, Pi y yo estamos colocados en la salida. Vamos a participar en el Medio Maratón de Ciudad Universitaria. Para Bruce y para mi es el debut en esto de las carreras populares y lo hacemos a lo grande, con un medio maratón. En esos momentos recuerdo que no me he pegado el “chute” de mi inseparable inhalador. Troto hasta el coche y aspiro con ganas una bocanada de Tilad. De vuelta a la línea de salida sólo encuentro a mis dos amigos esperándome. La salida se dio hace ya un par de minutos. Nos ponemos en marcha bajo los comentarios jocosos de los espectadores. Hasta bien avanzado el kilómetro dos no alcanzaremos a los corredores más rezagados. Finalmente completaré las tres vueltas al circuito en 1:49:45, pero eso será lo de menos. Lo más importante será la sensación de superación, de haber conseguido una proeza hasta hace poco impensable.

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22/03/2009. Han pasado diez años y ocho días desde nuestro debut. Bruce y yo volvemos a estar colocados en la línea de salida. Pi hace tiempo que dejo esto del correr. Esta vez, con la lección bien aprendida, he inhalado el Tilad cuando correspondía. Aunque ninguno de los dos estamos en nuestro mejor momento de forma, lo de hoy es una especie de "autohomenaje" a una década de carreras, a diez años de acumular kilómetros y carreras en las patas.

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La de anteayer fue mi cuarta Media Maratón de la Ciudad Universitaria (Madrid). No la corría desde su edición de 2003, pero nada ha cambiado en estos años de ausencia, a excepción de una pequeña variación en el recorrido que no ha hecho sino suavizarlo levemente. En cuanto a lo demás, para bien o para mal y parafraseando al Julio Iglesias setentero, podría resumirse con un “la vida sigue igual”.

La prueba está organizada por la revista Corricolari y consiste en dar uno, dos o tres giros (a elección del participante) a un circuito de alrededor de 7.000 metros que recorre la Ciudad Universitaria madrileña. Lo de dar varias vueltas presenta como es sabido la ventaja de que si alguien va a verte podrá hacerlo hasta en tres ocasiones (más incluso si tiene ganas de andar un poquillo), pero también tiene la desventaja de que se puede hacer un poco aburrido y repetitivo.


El principal atractivo de la Media Maratón Ciudad Universitaria es su carácter POPULAR. La posibilidad de elegir entre tres distancias hace que puedas encontrar a toda clase de gente participando: novatos, gordos, altos, flacos, veteranos, machacas, cachitas de gimnasio, pronadores, universitarios, tías maqueadas, pijos, picapleitos, policías, autobuseros, supinadores, marineros, soldados, solteros, casados, amantes, andantes y algún que otro cura despistao. Éste es el aspecto que más caracteriza a esta prueba y el que hace de ella la mejor carrera en Madrid para iniciarse en las largas distancias.

También está entre sus puntos fuertes la posibilidad de, una vez acabada la carrera, disfrutar de los días soleados que suelen presidir estas fechas estirando los fatigados músculos en el césped del Complejo Deportivo Sur de la Universidad Complutense. En esta ocasión la variada y suculenta bolsa del corredor ayudó a recuperar fuerzas en una especie de picnic campero comunal. Si además querías uniformarte con el resto de los corredores, el domingo bastaba con embutirte en la camiseta técnica color caca y escasa de talla con la que se obsequió a aquellos que alcanzaron la línea de meta.

Ahora bien, quien quiera tomar parte en este evento tendrá que aceptar también algunos otros factores quizás menos atractivos y que forman parte de la idiosincrasia de esta carrera. La distancia es uno de ellos. Aunque se haga llamar media maratón, en el propio reglamento se afirmaba que si se completaban las tres vueltas al circuito, la distancia recorrida sería de 20.700 metros. ¿Tanto cuesta alargar un poco la carrera y llegar a los 21.095 metros? Yo creo que no. De hecho si al paso en cada una de las vueltas por el complejo deportivo se saliera a la C/ Juan de Herrera (calle ya cortada al tráfico) hacia arriba en vez de hacia abajo y se llegara hasta la zona donde se sitúa el arco de salida o simpelmente si se retrasara la salida, creo que nos acercaríamos mucho a la distancia propia de un medio maratón. En fin, supongo que sus razones tendrán los organizadores para dejarla como está.


Otro característica desde mi modo de ver no muy favorecedora, es la de combinar asfalto y acera. Para mí que seguí escrupulosamente la línea blanca que marcaba el trayecto, se me hicieron muy molestas las subidas y bajadas de bordillos y el andar con cuidado para no tropezar o no tragarme alguna papelera. Para los que optaron por ser menos estrictos, la tentación del recorte en cada una de las curvas fue mayúscula y muchos cayeron en ella.

En "resumiendo", creo que no me equivoco mucho si afirmo que la Media Maratón Ciudad Universitaria es una carrera que sigue fiel a sus principios, idónea para aquellos que quieran iniciarse en distancias más allá de los diez kilómetros y que puede decepcionar a aquellos otros corredores más curtidos que busquen una carrera más seria (distancia homologada, tiempo neto, etc…)

Nota 1: En lo personal, las últimas fiebres y diarreas me han dejado un cuerpo jota de no te menees. Ayer me costó más de la cuenta finalizar en algo menos de 101 minutos. Habrá que aplicarse estas próximas semanas si quiero llegar medianamente bien al MAPOMA.

Nota 2: Qué lejos queda aquella edición de 1.999 cuando para controlar si ibas a una, dos o tres vueltas, los voluntarios te entregaban en cada paso por meta una goma elástica (de esas marrones de sujetar papeles) que debías lucir en la muñeca…

Nota 3: Las fotos las he tomado prestadas de www.corricolari.es


Pues nada, que ya tengo otra carrera universitaria para mi curriculum ¡Y ésta sin tener que ir a septiembre!


Saludos


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lunes, 16 de marzo de 2009

Bleu (Azul)


Hace ya más de tres lustros que ví en el cine Trois Couleurs: Bleu (1993), peliculón dirigido por el desaparecido realizador polaco Krzysztof Kiéslowski y que era la primera entrega de una trilogía (completada posteriormente con Rouge y Blanc) en la que pretendía plasmar los ideales de la revolución francesa. Aunque no he vuelto a verla desde entonces, tres cosas de aquel film se me quedaron grabadas: la escena inicial e impresionante del accidente de coche, la excelente banda sonora y las imágenes en la que una joven Juliette Binoche nada sola en una gran piscina de color azul.

Y ¿por qué traigo hoy esta película hasta aquí? Pues porque después de dos años, el sábado rescaté de las entreñas del armario mi bañador Adidas “turbo”, mis gafas azules Arena, mi gorrito también azul y también Arena, y mis tapones de silicona para los oídos y…¡volví a nadar! (o algo parecido). Cuando tras pensarlo largo rato sentado en el borde de la pileta decidí sumergirme en el agua, me vino al cabezorro la imagen de la Binoche nadando elegantemente en aquella piscina azul. Ahora allí estaba yo cuan Michael Phelps de garrafón, pegándome contra el agua para intentar completar un largo tras otro sin perecer en el intento.

Y es que los dolores de espalda y las recomendaciones del fisio me han convencido de que aunque me resulte un pestiño, me aburra como un muerto, me cueste Dios y ayuda mantenerme a flote, tengo que volver a incluir en mi rutina semanal al menos un día de "suiminpul". Este fin de semana comencé con treinta largos que, a una distancia de cincuenta metros por largo, da un total de mil quinientos metros. De los treinta largos, veinte fueron con “pull” (especie de pequeño flotador en forma de ocho que se pone entre las piernas para trabajar sólo el tren superior) y diez sin él. Para que os hagáis una idea de lo que me cuesta nadar, prefiero hacerlo con pull que sin él, pues así me es más fácil mantenerme a flote. El agua no es mi medio. Tardé un porrón de años en aprender a nadar y estoy convencido de que si la naturaleza hubiera querido que yo me desenvolviera con soltura en el medio acuático, me hubiera dotado de una grandes aletas y una estupendas branquias.

En fin, que dado el consenso general de que nadar es bueno para la espalda, habrá que hacer el sacrificio e ir a la piscina regularmente a hacerse unos larguitos ¡Todo sea por poder seguir corriendo!

Saludos

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martes, 10 de marzo de 2009

La orina del enfermo


No tiene buena pinta la orina del enfermo, no. Retonno a este mi/vuestro blog para dejar constancia de que este invierno no es para mí. Después de que, salvo por una fea tos de pecho de esas de abuelo fumata, pareciera que el virus se estaba alejando, el viernes pasado me levanté con un sospechoso dolor de cuerpo. "Bueno, al currele y fin de semana para descansar" pensé ¡Y un huevo de pato! Ya en el trabajo noté la llegada de escalofríos y la subida de la temperatura ¡No, otra vez no! ¡Me niego! En estas circunstancias da igual que uno se niegue o deje de negarse. De vuelta a casa, 39,4º de fiebre y a la cama.

Pero lo más divertido estaba por llegar. A media tarde comencé con vómitos y diarrea. Lo que viene a ser un “completo”. Cualquier intento de beber líquidos me provocaba nauseas. El resultado fue una deshidratación que me condujo de cabeza a Urgencias, donde tuve una actuación estelar con pérdida de conocimiento incluida. Dos horas y pico después, tras enchufarme dos bolsas de suero fisiológico y Primperan por vía intravenosa y después de radiografíar mi pecho estrecho y maltrecho, salí diagnosticado : bronquitis, gastroenteritis, dos orejas y vuelta al ruedo.

La fiebre desapareció al día siguiente. Las toses menguaron y, aunque no se han ido del todo, ya apenas molestan. Pero la diarrea ¡Ay, la diarrea! Todavía hoy, después de cuatro días, me sigo yendo por las patas abajo. Ayer volví al médico para decírselo y para que me diera la baja. "No te preocupes", me dijo, "es mejor no pararla y que salga todo el virús". ¡Todo el virus mamonazo! ¡Si yo creo que la última vez ya he expulsado el esófago licuado! Si no me debe de quedar nada en el interior. Esto si que es una dieta de vaciado y no la que recomiendan unos días antes del maratón.

En cuanto a lo de volver a correr, pues cuando buenamente pueda que espero sea este próximo fin de semana. De momento tacho la media de Fuenlabrada de mis próximas carreras y sigo confiando en volver a la Universitaria para celebrar mis primeros diez años de corredor populachero.

En fin, que las cosas son moco son. Esperando que la cosa no vaya a mayores y que sea la última entrada invernal dedicada a enfermedades varias, se despide de ustedes el extraordinario y mutante hombre-virus.

- ¡Que los virus sean con vosotros!
- (A coro) ¡Y con tu espíritu!

Podéis ir en paz.

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domingo, 1 de marzo de 2009

El 6290 BCN, no en 2009

Pues no pudo ser. El virus se hizo fuerte y, aunque sabía que a largo plazo caería derrotado, aguantó lo suficiente para chafarme el Maratón de Barcelona. El dorsal 6290 quedó sin ser recogido y esta mañana no está colocado en el pecho de ninguno de los participantes que en estos momentos recorren las calles de la capital catalana. Ahora sólo cabe pasar página y mirar hacia el futuro.

Todavía tendrán que pasar unos días para que pueda empezar a pensar seriamente en próximas carreras y objetivos. Para ello habrá que tener muy en cuenta la evolución del dolor de espalda y piramidal cuando vuelva a retomar los entrenamientos. Si todo fuera bien, parece factible que en el horizonte maratoniano se vislumbre el MAPOMA , previo paso por todos o algunos de los medios maratones de Fuenlabrada, Ciudad Universitaria y Coslada. Si la cosa fuera mal, pues…. ¡prefiero no ponerme la venda todavía!

Ya os contaré cuando tenga un ratillo como evoluciona el tema.

Nota 1: Alguno os preguntaréis ¿Qué coño tiene que ver la foto que ilustra el texto con lo que en él se dice? Pues la respuesta es sencilla y gilipollesca. Resulta que he buscado en san google imágenes relacionadas con el 6290, número que como mencioné antes era el de mi dorsal para el Maratón de Barcelona, y el resultado ha sido que existe un modelo de teléfono Nokia que lleva ese nombre y que ha copado todas las respuestas. Así es que, ahí queda la foto.

Nota 2: Connecting people! Entre la imagén y el título alfanúmerico me ha quedado una entrada más propia de un blog tecnológico que de uno de..., de.... ¿De que carajo iba este blog?

Saludos pelín tristones.

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